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El RD-Ley 6/2019 exige que se apruebe en el plazo de dos años, que se cumplió ayer, 7 de marzo
El RD-Ley 6/2019 exige que se apruebe en el plazo de dos años, que se cumplió ayer, 7 de marzo
• 13.094 empresas de más de cien personas trabajadoras, registradas por el INE en 2020, están obligadas a tener ya un plan de igualdad y comienza el plazo de un año para que las empresas de más de 50 personas trabajadoras lo tengan también
• Hay que acabar con la discriminación y la desigualdad en las empresas. Las mujeres ganan casi 6.000 euros menos que los hombres de media al año y las empresas se ahorran más de 44.000 euros anuales en el sueldo de ellas.
• La negociación colectiva se ha convertido en el instrumento fundamental para dotar a estos planes de una eficacia plena en cada sector y empresa.
La Unión General de Trabajadores exige que las empresas de más de cien personas trabajadoras tengan aprobado ya un plan de igualdad en sus centros de trabajo, que posibilite la eliminación de las discriminaciones en su plantilla y la consecución de la igualdad real y efectiva.
Así se obliga en el Real Decreto-Ley 6/2019, de 7 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, donde se les da a estas empresas un periodo de dos años para la aprobación de los planes de igualdad, que acabó ayer, 7 de marzo de 2021.
Por lo tanto, 13.094 empresas de más de cien personas trabajadoras registradas por el INE en 2020 deben tener ya un plan de igualdad para sus empleados y empleadas, ampliando su ámbito de aplicación a las empresas de más de 50 desde hoy hasta el año 2022.
Para UGT, resulta fundamental que las empresas cumplan la ley y no se demoren en su aprobación. Las mujeres tienen menos empleos, peores trabajos y retribuciones, puestos más bajos y condiciones de trabajo que no se corresponden con las de nuestros compañeros. Además, el sindicato recuerda que las mujeres ganan casi 6.000 euros menos que los hombres de media al año y que los empresarios se ahorran más de 44.000 millones de euros anuales en sueldos de las trabajadoras. Por ello, la implantación de estos planes permitirá que las mujeres alcancen la plena igualdad y que sirvan para aplicar en las empresas, con toda su eficacia, la propia Ley.
La negociación colectiva, epicentro de la elaboración de estos planes
Una ley, la de Igualdad del año 2007 que, si bien supuso un importante avance para las mujeres, vio muy limitada su eficacia por la falta del desarrollo reglamentario necesario que facilitara poner en marcha el objetivo primordial de la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres.
Por ello, los planes de igualdad deben suponer una de las herramientas más potentes para poder hacer acción sindical y eliminar las discriminaciones en el seno de las empresas. Y lo deben ser a partir de la negociación colectiva, que en este margen de dos años se ha tenido que convertir en un instrumento fundamental para impulsar la igualdad laboral entre hombres y mujeres, desarrollando un contenido mínimo de los diagnósticos de los planes de igualdad y la revisión de los sistemas de valoración de los puestos de trabajo al que deberán recogerse todos los convenios colectivos.
En este sentido, estos planes tendrán que adaptarse a la realidad de cada empresa, teniendo en cuenta el contenido mínimo que marca la norma. Las medidas concretas que se apliquen en el plan deben responder a los problemas de igualdad detectados en el diagnóstico y deben servir para corregir las desigualdades y eliminar las discriminaciones de forma eficaz y efectiva. Y la empresa está obligada a facilitar toda la información a la comisión negociadora.
Para UGT, resulta imprescindible seguir luchando por acabar con cualquier tipo de brecha y discriminación en las empresas. Hay que apostar de forma decidida por salir de esta crisis desde el punto de vista de la igualdad de género. Si no lo conseguimos, corremos el riesgo de perpetuar la crisis y no relanzar ni nuestro modelo económico ni el social. El principio de igual salario por trabajo de igual valor es un hecho ya en el Estatuto de los Trabajadores, pero ponerlo en marcha requiere recursos económicos y humanos para poder llegar a todas las empresas de este país. Si queremos reconstruir nuestro país desde el punto de vista económico y social, la igualdad tiene que ser uno de los valores centrales.