En 2020 se produjeron menos accidentes laborales, pero fueron más graves y aumentaron las muertes en el trabajo
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La Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT, Ana García de la Torre, y el Secretario de Salud Laboral de CCOO, Pedro J. Linares Rodríguez, han mantenido hoy una rueda de prensa con motivo del Día Internacional de la Salud y Seguridad en el Trabajo que se conmemora el día 28 de abril, bajo el lema “La salud y la seguridad, un derecho fundamental en el trabajo”.
Ana García de la Torre ha iniciado su intervención recordando a las personas que han perdido la salud y la vida en accidentes de trabajo o por enfermedades de origen laboral y este año también a quienes sufrido o sufren la COVID 19, y sus familias y ha destacado que “el 28 de abril no es solo un día para el recuerdo, sino que también es un día para la reivindicación, y un año más tenemos que seguir denunciando que la precariedad laboral que está detrás de estos accidentes y enfermedades laborales, no solo en España si no en muchos países del mundo. Ejemplo de ello lo vemos en las obras de las instalaciones que se están construyendo para el mundial de Fútbol de Qatar 2022 ya que desde su inicio han fallecido más de 6500 trabajadores”.
“Situaciones como esta nos ha llevado a exigir a nivel mundial que la Salud y Seguridad en el Trabajo se reconozcan como lo que es, un derecho fundamental en el trabajo”, ha explicado, “la siniestralidad laboral es una lacra, un drama social con cifras astronómicas, que debe atajarse de forma inmediata”.
Ana García de la Torre ha destacado que “desde 2013 han perdido la vida 5.288 personas en accidentes laborales, y se han producido 10.138.101 de trabajo (con baja o sin baja) y que sólo en los dos primeros meses de este año han fallecido 105 personas por simple hecho de ganarse la vida. Una realidad que debe ser visualizada por la sociedad, lo que ha llevado al sindicato a poner en marcha el contador de la vergüenza, para poner en evidencia día a día las muertes en el trabajo y recordar que esto no puede seguir pasando”.
“Según los datos correspondientes a 2020, aún con la bajada de actividad, cada día 2 trabajadores fallecieron como consecuencia de su trabajo y 2.752 personas sufrieron un accidente laboral en España. Durante el año 2020 se produjeron 1.004.344 accidentes de trabajo, de ellos, 708 fueron mortales” ha añadido, “lo que significa que a lo largo de 2020 se produjeron menos accidentes, descendieron los accidentes con baja en jornada e in itínere, pero los accidentes fueron más graves y aumentaron las muertes en el trabajo”.
Cifras inasumibles
García de la Torre ha subrayado que son “cifras inasumibles que revelan que algo no se está haciendo bien y que las políticas preventivas no dan el resultado esperado”.
“Se incumple la normativa de prevención de riesgos laborales por parte de las empresas, hay una masiva externalización de la gestión preventiva que unida a la precarización de las condiciones de trabajo, entre las que predomina la inestabilidad en el empleo, la alta temporalidad -en torno al 25%- o la parcialidad involuntaria da lugar a que no se esté garantizando la seguridad y salud de los trabajadores y las trabajadoras en sus puestos de trabajo.”
“La seguridad y salud en el trabajo se está dejando en un segundo plano en las empresas, que siguen viendo la prevención más que como una inversión como un coste sin reparar en el coste que les puede suponer la no prevención de riesgos laborales” ha señalado.
Los vínculos de la precariedad y siniestralidad son evidentes
La Secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT ha manifestado que “para poner freno a este goteo incesante es preciso establecer unas condiciones laborales más dignas, avanzar hacia un mercado laboral con empleo estable y de calidad y derogar ya las dos últimas reformas laborales, en especial la de 2012, que ha devaluado el trabajo, disparado la temporalidad y parcialidad de los contratos y ha promovido la aparición de riesgos psicosociales que derivan en infartos y derrames cerebrales, primera causa de muerte en el trabajo”.
“Además, es fundamental que el Gobierno ponga en marcha ya la mesa de diálogo social para elaborar un Plan de Choque contra la Siniestralidad Laboral y acordar medidas que pongan fin a esta sangría de muertes en el trabajo”, ha explicado, “asimismo, es necesario crear la figura del Delegado/a territorial y o sectorial de prevención para mejorar la seguridad y salud laboral en las pymes y es fundamental una mayor inversión de las empresas y de las Administraciones Públicas en materia de prevención de riesgos laborales”.
Ana García de la Torre ha añadido que “hay que acabar con la mercantilización de los Servicios de Prevención Ajenos y repensar nuestro sistema preventivo puesto que necesitamos un modelo que anteponga la salud a los beneficios empresariales, y para ello, es necesario dotar de más recursos a la Inspección para el control y vigilancia de la prevención en las empresas y a la Fiscalía en materia de Siniestralidad Laboral que debe actuar, depurar responsabilidades y no dejar estas muertes impunes”.
Cáncer laboral y enfermedades profesionales
García de la Torre ha finalizado insistiendo en la necesidad de actualizar el Listado de Enfermedades Profesionales Español para acabar con la infradeclaración existente en nuestro país, un ejemplo es la ausencia de las patologías relacionadas con los riesgos psicosociales en el Cuadro Español”.
“Unos riesgos psicosociales que se han visto incrementados en la pandemia y no deben seguir siendo los grandes olvidados de la gestión preventiva. El miedo al contagio, a trabajar sin EPIS, miedo a perder empleo, el estrés laboral derivado del a carga de trabajo, las largas jornadas propiciadas por el teletrabajo… han hecho estragos en la salud de los trabajadores, especialmente los que estaban en primera línea. Recordemos que los infartos y derrames cerebrales son la primera causa de muerte en jornada laboral y en 2020 fueron 228, 23 más que en 2019”.
De la Torre ha reivindicado además la que Covid-19 sea incluida en el listado de enfermedades profesionales de nuestro país, para que se considere como tal, incluso después de que se levanten las medidas sanitarias derivadas de la pandemia y que se extienda ese reconocimiento a un mayor número de colectivos de profesionales, ya que se están dejando desamparados a muchos trabajadores expuestos al riesgo de contagio”.
Para concluir, Ana García de la Torre ha afirmado que “2021 debe ser el año que marque el inicio de fin del enorme problema del cáncer de origen laboral. Hay que acabar con la infradeclaración de los cánceres laborales, revisar los criterios para declarar una enfermedad como profesional, estableciendo en trabajo como causa prevalente y no como causa exclusiva, como sucede ahora, ya que, si los cánceres no son reconocidos como laborales, es como si no existieran a los ojos de la prevención de riesgos”.