UGT defiende aumentar la inversión en cuidados no solo para combatir la discriminación que sufren las mujeres en el trabajo, sino también como medida para crear empleo, en un sector que vamos a necesitar dada la evolución demográfica de nuestro país, e incluso de Europa.
La OIT estima que se podrían crear 269 millones de empleos en todo el mundo si para el 2030 se duplica la inversión en educación, salud y trabajo social.
Asimismo, el sindicato defiende la dignificación de las condiciones laborales y de protección social de las personas bajo la relación laboral especial del servicio del hogar familiar. No solo limpiadoras sino también cuidadoras de personas dependientes. En este sentido, UGT demanda que el Gobierno ratifique el convenio 189 de la OIT sobre trabajo decente para trabajadoras y trabajadores domésticos.
Otra carencia que muestra la crisis es la que se refiere a la insuficiente oferta de servicios de escuelas infantiles, de 0 a 3 años, y de cuidados de larga duración accesibles y asequibles. Dos cuestiones fundamentales para que la población activa, mujeres y hombres, puedan acceder y permanecer en el mercado de trabajo.
Más inversión en Dependencia
Es necesaria más inversión pública y retomar el sentido inicial de la Ley de Atención a la Dependencia porque España está en el furgón de cola de los países europeos que dedican menos recursos a la dependencia (solo el 0,7% del PIB, frente al 1,8% de media de la UE y lejos de países como Dinamarca que dedica el 4,5% de su PIB).
Por otra parte, son las Comunidades Autónomas, los ayuntamientos y los usuarios los que están asumiendo el peso de la ley de dependencia y se produce un problema de desigualdad territorial. Es decir, hay coberturas distintas, tanto en el grado de protección como en la calidad del servicio.
Las mujeres abandonan el mercado laboral para asumir el cuidado
Conviene resaltar que las mujeres son las que asumen los vacíos de cobertura de servicios de cuidados. Así, en 2019 del total de personas inactivas por tener que dedicarse a cuidados de personas (niños, y niñas, personas enfermas, dependientes) el 93,30% fueron mujeres (475.850 frente a 34.250 hombres). Además, 9 de cada 10 personas que abandonan su trabajo para cuidar de un familiar son mujeres (según el Modulo de Conciliación de la EPA, con datos de 2018, publicados en junio de 2019.
Por otra parte, y según datos de la EPA, el 74,17% de las mujeres trabajan a tiempo parcial frente al 25,83% de hombres y, en relación con esto, del total de personas ocupadas a tiempo parcial por cuidado de niños, adultos, enfermos incapacitados o mayores, el 94,08% son mujeres.
La Brecha de género en el punto de mira
Al desequilibrio tan acusado en el reparto de las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres y la falta de infraestructura públicas adecuadas, suficientes, de calidad y asequibles para el cuidado de personas, se unen las discriminaciones que sufren las mujeres en el ámbito laboral.
Es paradójico que muchos de los sectores, fuertemente feminizados, como el sanitario, o el sector servicios estén siendo la vanguardia en la lucha contra esta crisis. Y precisamente, en algunos de ellos, como el sector servicios, se desarrollen las actividades productivas y ocupaciones peor remuneradas (limpieza, comercio, cuidado de personas)
Hay que complementar las medidas aprobadas por el Gobierno
El Real Decreto Ley 8/2020 de 17 de marzo de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social del Covid-19 no son suficientes para cubrir las necesidades de atención y cuidado de los menores y de las personas dependientes por el cierre de colegios y centros de día de mayores. Además, no todas las personas trabajadoras pueden acceder a ellas, en especial las mujeres que son las que ocupan mayoritariamente las tareas de cuidados.
En relación a la reducción de jornada, con reducción de salario, para que la reducción sea del 100% de la jornada, el derecho de la persona trabajadora debe estar justificado y ser razonable y proporcionado en atención a la situación de la empresa. Es decir, la concesión queda supeditada a llegar a un acuerdo con la empresa.
Además, la opción de la reducción de jornada para los cuidados no es viable en aquellas familias vulnerables que no pueden prescindir de un ingreso y, especialmente, en los hogares con un solo progenitor (el 81% de ellos son monomarentales, son las mujeres las que están al frente del hogar)
Por tanto, sería necesario complementar las medidas económicas, con la aprobación de una prestación de la Seguridad Social que, de forma temporal y excepcional, permita la ausencia del trabajo remunerada al 100%, ante la necesidad de atender al cuidado de personas a su cargo.
Otras demandas de UGT
UGT insta a seguir trabajando por lograr un incremento sustancial del empleo de las mujeres y que sea un empleo de calidad, eliminando los elementos de precariedad e infravaloración que caracteriza el empleo femenino.
En materia de corresponsabilidad es necesario contar con permisos retribuidos para el cuidado familiar, de carácter individual e intransferibles, para evitar el abandono temporal del empleo o la renuncia involuntaria a una promoción, por dedicarse al cuidado de familiares, ya sean hijos, ascendientes u otros familiares.
La igualdad entre mujeres y hombres debe ser un eje central de todas las políticas económicas, para que las mujeres puedan recuperar y mejorar los escasos derechos que habían conquistado..
Es necesario replantear el modelo de cuidados que históricamente ha recaído sobre las mujeres, de manera no remunerada o muy mal remunerada, y muy poco reconocida laboral y socialmente.