La caída del precio del crudo y la electricidad, unida a la crisis del Coronavirus, marcan unos datos de IPC al mínimo.
Los datos de IPC, correspondientes al mes de marzo, publicados hoy por el INE, reflejan, por segundo mes consecutivo, un decrecimiento en la tasa interanual de los precios hasta situarse en un 0,0%, que no se alcanzaba desde diciembre de 2015. Esto supone una reducción de 7 décimas en la variación anual del IPC, comparando febrero con marzo.
Nuevamente, la caída del precio del crudo, de la electricidad son los motivos principales para este decrecimiento.
La luz y el crudo, factores clave
La bajada de la electricidad en marzo se veía anticipada por los datos del mercado minorista, que mostraban una reducción de los precios de un 9,7% frente a los de febrero.
Algo similar, pero en mayor medida, ha sucedido en el mercado del crudo, donde la reducción intermensual del precio del BRENT ha sido de un 43% frente a febrero. Esta caída parece estar motivada por la paralización de la actividad en una gran cantidad de países, que ha tenido una fuerte incidencia en los precios del crudo. Los recortes anunciados por la OPEP apuntan a que este descenso tan acusado podría ser transitorio.
No obstante, si se examina lo que ha sucedido con la inflación excluyendo los componentes más volátiles, puede observarse que la inflación subyacente este mes repite el 1,1% del mes pasado, un punto por encima del IPC. La mayor parte de los precios no decelera, sino que mantiene una evolución similar respecto al mes pasado.
El efecto del Coronavirus
La actividad económica ordinaria se ha visto alterada sustancialmente durante el mes pasado por esta crisis. Medidas contenidas en el estado de alarma, como el confinamiento de la población o la paralización de importantes actividades productivas, pueden estar induciendo efectos en los patrones de consumo o en la formación de precios de determinados productos que el IPC podría estar recogiendo y que, para UGT, todavía hay que interpretar con especial precaución.
En este sentido, el mantenimiento de la inflación subyacente (que recoge el 80% de bienes y servicios de la economía) en los niveles de febrero, indica que los datos de marzo aún no están captando todos los efectos de la crisis del coronavirus, algo que, seguramente, se verá reflejado en el mes de abril.
Que no se aprovechen de esta crisis para subir los precios
Por todo ello, UGT considera imprescindible aprovechar esta situación de inflación baja para poner en marcha políticas fiscales expansivas como las que van a ser necesarias por tiempo sostenido para contrarrestar los efectos de la crisis del COVID-19. Y, en cuanto se controle la pandemia, la prioridad debe ser la reactivación económica.
Además, a pesar de que el escenario de precios parece controlado, el Gobierno debe poner especial atención a que no se produzcan prácticas abusivas en los precios de productos esenciales (alimentos, suministros básicos), o cuya demanda en el confinamiento haya hecho muy necesarios (desde mascarillas, guantes y análogos a precios de servicios de telecomunicaciones, etc.).