Los datos del paro del mes de abril, con un aumento de 282.891 personas en desempleo en abril, vuelven a confirmar los efectos devastadores de Covid-19 sobre el empleo. Hay 3.831.203 personas en situación de desempleo.
El impulso de los ERTES, que afectan a cuatro millones de trabajadores, ha evitado una sangría mucho mayor. Ahora es necesario garantizar la reincorporación al empleo a estos trabajadores/as, según se vaya recuperando la actividad y prolongar los ERTES en aquellos sectores productivos y empresas donde sea necesario.
Hay que extender la red de protección social y completarlo aprobando ya un ingreso mínimo vital de emergencia, pues hay más de un millón de hogares con todos sus miembros en paro y la tasa de cobertura por desempleo solo alcanza al 62,43% de los desempleados.
El drama económico y social es tan grande que exige la responsabilidad de todos para lograr una recuperación lo más rápida posible, pero también, justa, duradera y con derechos. Es la hora de arrimar el hombro y de los consensos. Los ciudadanos y ciudadanas no entenderían otra cosa.
Los datos del mes de abril, ofrecidos hoy por el Servicio Público de Empleo Estatal, muestran el impacto de la crisis del COVID-19 sobre el mercado de trabajo y revelan la necesidad de extender las medidas de protección social y los ERTE.
El número de personas en paro ha aumentado este mes un 7,97% (un incremento de 282.891 personas desde marzo), mientras el crecimiento del paro desde abril de 2019 llega al 21,1% (con 667.637 personas más).
Estos datos reflejan la finalización de los contratos temporales y los empleos perdidos por despidos, individuales o colectivos, a pesar de contar con la posibilidad de utilizar ERTE. El volumen total de desempleados (3.831.203) se encamina a las cifras de lo ocurrido durante la Gran Recesión. Y estos datos muestran la fragilidad de nuestro modelo laboral, con 91 de cada 100 contratos temporales y precarios, que es capaz de destruir empleo de manera masiva en pocos días.
Asimismo, la cifra de demandantes de empleo ocupados (clasificados como no parados, entre los que se encuentran las personas afectadas por ERTEs) crece en el mes en 2,17 millones de personas (un 231%) hasta llegar a 3,1 millones.
Los datos de la Seguridad Social señalan que 3.386.785 personas estuvieron afectadas por un ERTE en abril. Cifras acordes con las que maneja el sindicato, que estima (con datos a 28 de abril sobre expedientes ya aprobados en las diferentes CCAA) que cerca de cuatro millones de personas trabajadoras están afectadas por este tipo de medida.
Por su parte, la caída en el número de contratos registrados (un 46,43% en el mes y un 61,87% anual), tanto entre los contratos indefinidos (con un descenso del 59,39% mensual), como temporales (-44,73%), avanza otra parte del impacto del coronavirus sobre el empleo.
La afiliación a la Seguridad Social muestra la reducción mensual (548.093 cotizantes menos, - 2,88%) y anual (771.695 personas menos, -4,01%), descendiendo hasta 18.458.667 afiliados (de media en el mes). La bajada se refleja especialmente en hostelería (-4,85%) y construcción (-4,53%). Por su parte, en el mes sólo aumenta la afiliación en las actividades sanitarias y servicios sociales. Desde el 12 de marzo hasta fin de abril el sistema ha perdido 947.896 afiliados.
Los datos de protección por desempleo reflejan una parte de la situación actual. Con información a marzo, la tasa de cobertura era del 62,43%, y el volumen de beneficiarios ascendía a 2.109.487 personas (un 15,2% más que un año atrás).
La crisis no finaliza con el fin del Estado de Alarma
UGT sigue apoyando la continuidad de las medidas de protección al empleo y de protección por desempleo, mientras dure la situación de crisis. En este sentido, el sindicato defiende la ampliación en el tiempo del procedimiento de los ERTE en aquellos sectores productivos y empresas donde sea necesario; así como la necesidad de que se apruebe un ingreso mínimo vital de emergencia, considerando que hay más de un millón de hogares con todos sus miembros en paro.
Para UGT es imprescindible continuar aplicando medidas económicas y laborales que protejan a las personas que han perdido el empleo, no pueden acceder a uno o se han visto afectados por una reducción de ingresos. Es urgente poner en marcha una renta mínima coyuntural y extraordinaria que dé cobertura a las cientos de miles de familias que se han quedado fuera del escudo de protección social y hasta que se haga realidad una Ley de Ingreso Mínimo Vital.
Asimismo, UGT apuesta por un acuerdo tripartito entre el Gobierno y los agentes sociales para sostener los ERTE como el mecanismo para evitar la destrucción del tejido productivo y del empleo. Si no es así, todo el esfuerzo realizado se verá malogrado.
Además, el sindicato considera que el diálogo social debe avanzar en el diseño de un plan de reconstrucción para el impulso económico y social, que considere la recuperación como una oportunidad para cambiar nuestro modelo productivo y de bienestar social, tomando como marco el pilar europeo de derechos sociales y los objetivos de desarrollo sostenibles.