La buena evolución de los costes laborales (en 2019 crecieron un 2,2%, y los salariales un 1,8%, los mayores incrementos desde 2009) ha quedado diluida, en tan solo unos días, por la crisis, sin precedentes, del coronavirus a todos los niveles.
Con toda seguridad, entraremos en una situación recesiva que hay que combatir desde la firmeza, la cooperación (nacional e internacional) y, sobre todo, con medidas económicas que permitan relanzar la actividad económica cuanto antes, sin dejar a nadie atrás.
UGT confía en que las medidas económicas que apruebe el Gobierno estén a la altura y establezcan como prioridad la preservación de los empleos, porque es la base de nuestra estructura productiva y social.
El INE ha publicado hoy los datos de la Encuesta Trimestral de Coste Laboral del cuarto trimestre de 2019. Según estos, el coste laboral total por trabajador y mes creció un 2,3% respecto al mismo trimestre del año anterior, y el coste estrictamente salarial, un 1,8%, una décima más y una menos que en el trimestre anterior, respectivamente, lo que supone en la práctica que se mantenían las tendencias observadas a lo largo de 2019. En el conjunto del año, los costes laborales crecieron un 2,2% y los salariales un 1,8%, que son los mayores incrementos desde 2009. Un resultado que era coherente con la situación de la economía entonces, que mantenía un crecimiento económico moderado pero sostenido desde 2014.
Estos datos corresponden a un período de hace apenas ochenta días, pero en el contexto actual, parece que han pasado meses o incluso años. El impacto de la crisis sanitaria del COVID-19 es ya tan real, y sabemos que será tan enorme en los meses venideros, que deja sin sentido la valoración en el día de hoy de un dato tan relevante en circunstancias normales como el de la evolución de los costes laborales y salariales de las empresas. Porque en estos momentos no sirve como indicador de tendencia y, con ello, de predictor de la evolución futura.
Sabemos que se ha producido ya una ruptura en la normalidad económica (y social) del país y prácticamente de todo el globo, y en consecuencia, los indicadores y las referencias útiles han cambiado súbitamente. Los datos económicos del primer trimestre del año se parecerán más a los de una economía en estado de excepción, asolada por un shock externo (guerra, catástrofe natural, etc.) que a la que se reflejaba desde hace seis años. En estos momentos sabemos ya que con toda seguridad entraremos en situación recesiva, y las preguntas relevantes son cuánto durará y qué hacer para combatirla.
Hoy el Consejo de Ministros va a aprobar las medidas económicas para hacer frente al impacto de la crisis derivada del coronavirus. UGT espera que estén a la altura del riesgo (realidad, ya) que supone esta pandemia, que amenaza con diluir nuestra capacidad económica y arruinar la calidad de vida de la mayoría de la población durante décadas. En este sentido, UGT solicita al Gobierno que ponga la preservación de los empleos como prioridad, porque es la base de nuestra estructura productiva y social, necesaria para minimizar los daños y poder salir de esta penosa situación cuanto antes, una vez que se recompongan los estándares sanitarios.
La respuesta debe ser coordinada y global, integrando medidas de todo tipo: inyección de fondos para la sanidad, facilitamiento del crédito a las empresas, aplazamiento de pagos de todo tipo, ayudas directas a los más necesitados, gravámenes extraordinarios para los que pueden obtener rentas extraordinarias en esta situación y, por encima de todo, garantías de todo tipo al mantenimiento del empleo, asegurando que, cuando la crisis pase (que lo hará) recuperaremos cuanto antes el pleno funcionamiento de la economía y la calidad de vida de las personas. Por eso, es necesario que el Ejecutivo condicione las ayudas a las empresas al mantenimiento del empleo, para que una situación coyuntural como es esta pandemia no se convierta en algo estructural e irreversible durante décadas.